lunes, 27 de diciembre de 2010

Después de Navidad

Tarde de lunes después de una Navidad y un San Esteban en fin de semana. Llego del trabajo con ganas de coger mi instrumento y perderme en cualquier partitura, pero la casa está inhabitable. Nos divertimos mucho, no podemos negarlo, somos una família un poco alocada, y comimos, cantamos, reimos, jugamos, etc. Pero ahora queda un montón de vajilla por guardar, ollas que salieron de su rincón y ahora no caben, trozos de papel de regalo y celo pegado en el suelo, pelos de Bob volando en madejas por todas partes... Ya se sabe, después de Navidad...
Me tienta pensar qué pasaría si tuviera una persona empleada en la casa. Seguramente, entonces habria podido sentarme ante el atril un rato. Aunque también podria ser que me hubiera enfadado con ella al encontrar la casa así, y los enfados me sientan mal siempre.
Bueno, como no es le caso, como no tengo asistente, me pongo a limpiar y ordenar. Entre tanto, escucho a Cecília Bartoli cantando Gluck, a Pierre Amoyal tocando Tchikovsky y Sibelius y un concierto de la orquestra de la Gewandhaus de Leipzig.
Finalmente, la tarde no ha estado mal.